SOLEDADES Y LAZOS

Porque nuestra subjetividad está entramada de vínculos y espacios privados, ambos son bienvenidos. Ojalá que los lazos no ahoguen intimidades, ni la soledad bloquee los caminos para el intercambio.



viernes, 2 de abril de 2010

Locas del orto

Aviso: lo que viene, no es apto para almas hipermegaultrasensibloides.
Si las puteadas te rasgan el cuore, mejor no sigas.




Estoy harta, requete harta, con los huevos bien al plato de minas jodidas, caprichosas y locas como un plumero. Las he soportado mucho más allá de lo recomendable, pero ya me han llenado tanto los ovarios que estoy a punto de reventar.

En los últimos años, he tenido una mala racha de locas malas en mi vida, gente de mierda que mide el cosmos según la temperatura de su estúpida mente o su insatisfecha vagina. Es esa podredumbre que anda suelta, autorizándose a hacer y a decir lo que se les canta, cada vez, sin mirar jamás qué le pasa al otro, ni cuánto pueda afectarle. Sin registro de lo pasado, sin autocrítica, escupiendo quejas y reproches al por mayor, son incapaces de detenerse a reflexionar sobre el accionar propio. Te llevan por delante, te empujan, te pisotean. Cambian sin criterio el rumbo, de un extremo al otro. Encima, pretenden que se las siga, se las obedezca, se les rinda culto. Si no estás con ellas, te declararán enemigo acérrimo. Por muy poco, se sienten con el derecho irrevocable de maltratarte, de abusar de su poco o mucho poder que, con rara habilidad, siempre saben conquistarse. Es una maldición tener que habérselas con estas rayadas fuera de foco, hijas de puta, mal pensadas, hediondas de mala leche, carroñeras, junta mugre, manipuladoras de pésima fe.

Frente a estos sujetos endemoniados, poseídos por el Averno entero, estás frito. Apenas si se puede obrar para que la mierda te salpique menos, seguro te va a manchar. Como no se andan con chiquitas, arremeten sin piedad, les importa nada que estés sufriendo un duelo, una enfermedad o un problema de familia. Para estas hijas de mil, lo único importante es lo que les pasa a ellas. Y hablo en femenino, a sabiendas que estoy siendo injusta con miles de ejemplares masculinos que bien podrían ser partícipes y merecedores de esta nefasta categoría. Pero, de momento, me ha tocado cruzarme con reviradas mujeres, conchudas hasta el infinito, pérfidas de vocación, que reptan como bichas. Que hay tipos de mierda, es dato seguro, pero con este perfil de capricho loco, actuador y salvaje, no he conocido todavía ninguno.

Antes esos personajes, desespera no poder hallar un hueco para que se de un mano a mano, ya que desconocen el derecho a réplica. Como se autoproclaman la medida de todas las cosas, siempre estarás en falta vos y ellas exigiendo reparaciones absurdas. Pero no nos engañemos, no existe opción que las conforme. Siempre tendrán algo qué decir, que reclamar, que criticar. Su demanda se extiende pasando los confines del universo, son bocas sedientas que exigen más y más, sin hallar nunca suficiente alimento, consuelo, ni paz. Y no es que una quiera congraciarse, ni gratificarlas, ni mucho menos. En lo que a mí respecta, que revienten como sapos aplastados por un camión con doble acoplado. Pero bueno, como no siempre se puede elegir con quiénes hemos de tratar, habrá que rebuscárselas. Si intentamos alguna cosa, será al sólo fin de que jodan un poco menos, o nos dejen respirar un rato, sin tanto pataleo chillón, desparramando lágrimas de cocodrilo y cacareos de puta ofendida. No entienden de razones, jamás escuchan, sólo vomitan sus entuertos, envenenado el aire, los oídos, la paciencia. Tienen el fucking don de romper las pelotas hasta que te saltan las lágrimas de indignación o te brota espuma rabiosa por la boca. Siempre te sorprenden, tienen los más arteros métodos de ataque para dejarte siempre en pelotas, indefenso. Las esperás acá y las muy guachas te saltan a la yugular desde el otro win. No hay modo de ser previsor con estas chifladas del orto.

Ellas encarnan La ley, la suya, es decir, la ley del capricho puro ya que son las que deciden unilateralmente qué está bien y qué está mal, aunque muten de una día para otro de parecer, sin detenerse a consultarlo y, muchísimo menos, a meditarlo, ¡¡qué joder!! Guay, cuando se enculan con vos porque te sentencian a perpetua. Pero si se les antoja que podrás serle útil en algún nuevo enrosque, no tendrán el más mínimo prurito en hablarte, como si tal cosa. No sienten culpa, ni remordimiento. Todo lo malo que les pasa en la vida -que siempre es muchíiiiiisimo, es achacable a los además. Ellas no fallan, siempre serán los otros los pelotudos, los jodidos, los miserables. Harta me tienen sus manías inagotables, que me enchufen sus delirios, que me revoleen por la cabeza sus cotidianeidades menos interesantes. Que se entienda bien, me importa su vida tantísimo menos que el resultado de un torneo de paddle, disputado en Afganistán. Me cago en su mala suerte, en sus desgracias y en todo lo que les pase. Que les vaya bien, mal, me da igual. Lo único que quiero es que un buen rayo las parta al medio o, al menos, que un sagrado huracán las deposite en el más inhóspito anillo de Saturno. Me pudrieron. Por más que insistan, no lograrán que me arrepienta de nada, no compro las culpas que me endosan, ni me siento agradecida por tanto beneficio que proclaman haberme hecho. No les creo nada, nada de nada. Me chupan un huevo sus discursos, que se vayan a vender pescado podrido a otra parte que estoy más que segura de no deberles ni medio alfiler a ninguna de estas piruchas malparidas. Que no se gasten por el lado de la lástima, de sobra sé que no son víctimas de ningún complot en su contra. Ellas son responsables de sus actos, ¿de inocencia?: cero. Serán jodidas, retorcidas y desquiciadas pero su locura no conlleva insanía, sino mala leche legítima y cabal. Que se hagan cargo de una vez de lo que generan, son ellas y no otros, los artífices de toda la mierda por la que tanto conventillo y polvareda levantan.

Esto es pura cháchara, catarsis banal y chata. Me estoy descargando un poco de tanto pelotudeo asqueroso, sacudiéndome de encima tanto deshecho que me ha caído encima. Ya no me trago más sapos, llena estoy de sus cabreos y remilgos. Que se dejen de joder de una buena vez o que se busquen destinatarios nuevos en la Conchinchina. No veo la hora de divorciarme de esta escoria de mala muerte, feliz seré el día que no las vea ni las escuche. Que les garúe finito, que beban de su propia medicina y se pudran en el Infierno que tan merecidamente se han ganado.

3 comentarios:

Monica dijo...

Buenísimooooooooooosssssssssss!!! los tres escritos hasta ahora Ire!!!! y sobre éste....ejem ejem...no estarás hablando de mi, no???jujujuju Adhiero!!!! que LOCAS DEL ORTO!!!!!!!!!!!!!!
Beso grande y continúa así muchacha, ya me firmarás un ejemplar, dale??
Moni

IRINAMORA dijo...

Ay, serás la Moni que imagino? Me hago ensalada con los nombres y sobrenombres (manden pistas para armar guía de ruta, che!).

Si sos la A.O. de FB, te digo que sí, un poco loca del orto sos, pero menos que yo, seguro. Igual, por más méritos que hagamos, no calificamos pal perfil completo, vio?

Perra Latosa dijo...

Me pongo de pie y digo: ¡¡¡¡BRAAAAAAAAVO!!!! Aguanten tus catarsis, son catárticas para quienes las leemos jajajaja

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